El ¡Detente! del Sagrado Corazón de Jesús

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Breve Historia del «Deténte»

¿Qué es un Detente?

El Detente o Escudo del Sagrado Corazón de Jesús es un sencillo emblema con la imagen del Sagrado Corazón y la divisa: ¡Deténte! El Corazón de Jesús está conmigo. ¡Venga a nosotros él tu reino!. Por inspiración divina, surgió como un pequeño pero poderoso Escudo que la Divina Providencia colocó a nuestra disposición a fin de protegernos contra los más diversos peligros que enfrentamos en nuestra vida cotidiana.

Origen del Detente del Sagrado Corazón de Jesús

Entre las diversas representaciones del Sagrado Corazón de Jesús, una se destaca por la milagrosa circunstancia en que se hizo célebre a los ojos del mundo católico. Se trata del «Detente!», Un recorte de tela donde se pinta o bordea la figura del Corazón divino revelada a Santa Margarita María, enmarcado por la frase: «¡Deténte, el Corazón de Jesús está conmigo!»

El origen de ese objeto piadoso se prende a un caso de protección sobrenatural con que se vio favorecido un joven romano, el cual se alistó como zuavo pontificio para defender el Papado en las guerras de la unificación italiana del s. XIX. Antes de partir, su madre le colgó al cuello un pedazo de tela en la que había bordado el Corazón de Jesús con la cruz, la corona de espinas y las llamas, así como fue visto en éxtasis por la vidente de Paray-le-Monial.

Armado con ese singular escudo que le forjaba la solicitud materna, el joven combatiente se lanzó con denuedo y coraje en reñidas y sangrientas batallas. Durante uno de esos enfrentamientos, cuando las balas adversarias hacían gran estrago en las filas pontificias, una de ellas golpeó en pleno el pecho del heroico muchacho, quedando clavada en la estampa del Corazón de Jesús que le colgaba del cuello.

Al tomar conocimiento de ese hecho, el Papa Pío IX concedió una bendición especial a todos los escapularios elaborados según el modelo hecho por aquella cariñosa madre cristiana.

El detente y la plaga de Marsellas

Fue especialmente en el año 1720, durante una terrible plaga en Marsellas, Francia (Cf. Hamon, op.cit., vol. III, p. 431) que este pequeño escapulario, o como se le llamó “Salvaguardia,” se difundió entre todos los fieles. Este “Detente” consistía en un pedazo de tela blanca en la cual la imagen del Sagrado Corazón era bordada, con la leyenda “Oh Corazón de Jesús, abismo de amor y misericordia, en ti confío” (Las palabras: “Detente, el Corazón de Jesús está aquí” corresponden a un período posterior. Hamon, ibid.,Nota).

La forma que hoy tiene el detente fue dada por la Venerable Ana Magdalena Rémuzat, a quien el Señor le había dejado saber de antemano el daño que iba a causar la plaga y también el maravilloso auxilio que la ciudad encontraría en la devoción a Su Sagrado Corazón. Ella hizo, con la ayuda de sus hermanas en religión, miles de estos emblemas y los repartieron por toda la ciudad y alrededores. La historia nos relata que poco después la plaga cesó. (Cf. Hamon, op. cit., vol III, p.425; Beringer, op. cit., vol I, n. 953, p. 520).

Entre los regalos que el Papa Bendicto XIV, en el 1748, envió a la princesa Polaca Mary Lczinska con la ocasión de su matrimonio con el Rey de Francia Luis XV, habían, de acuerdo a las memorias de ese tiempo, “muchos escudos del Sagrado Corazón hechos de taffeta roja y bordados en oro.” (De Franciosi, s.j., La dévotion au Sacré-Coeur de Jésus, p. 289).

En el tiempo de la Revolución Francesa se desató una violenta persecución contra la Iglesia. Estos escapularios se tuvieron por “la manifestación viva del fanatismo” y como evidencia de hostilidad. Durante el juicio de la reina María Antonieta, se produjo en su contra, como evidencia, un pedazo de papel muy fino que se encontró entre sus pertenencias, en el que la imagen del Sagrado Corazón estaba dibujada, con la llaga, la cruz y la corona de espinas, y con la leyenda: “Sagrado Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros.” (Ibid., p. 290).

El uso del detente se extendió grandemente, especialmente desde el 1866, durante los estragos producidos por la epidemia del cólera de Amiens, Roubaix, Cairo y otras partes. Su influencia beneficiosa se hizo evidente. Después de la guerra Franco-Alemana los “Salvaguardia” probaron ser en mas de una ocasión, un escudo que protegió a muchos soldados franceses de las balas enemigas. (Cf. Messager du Coeur de Jésus, vol. XIX, p. 180).

El Detente fue usado en México por los Cristeros, que se levantaron en armas contra el gobierno anticristiano entre 1926-1929 y que llevaba la leyenda «Detente enemigo malo, el corazón de Jesús está conmigo» y también se pertrecharon con el Detente los católicos cubanos que combatieron el régimen castrista, ya que tenían especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús y utilizaron un detente en el que decía: «Detente, bala enemiga, que el corazón de Jesús está conmigo».
En la guerra civil española, todos los requetés llevaban cosido el detente bala en sus camisas, al lado del corazón.


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