Nuestra Señora de la Contra-Revolución

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Nuestra Señora de la Contra-Revolución

La Revolución fomenta todo tipo de pecado y, en el fondo, es dirigida por el espíritu de las tinieblas. María Santísima, habiendo sido creada sin pecado original, aplastó la cabeza de la serpiente, o sea, del demonio. La Inmaculada Concepción, bajo diversos puntos de vista, es la solemnidad de Nuestra Señora de la Contra-Revolución.

En la Bula Ineffabilis Deus de Pío IX, en que definió el dogma de la Inmaculada Concepción, se encuentra el siguiente trecho:

Belleza de la afirmación magisterial de la Iglesia

Por lo cual, después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las públicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorando el auxilio de toda corte celestial, e invocando con gemidos el Espíritu paráclito, e inspirándonoslo él mismo, para honra de la santa e individua Trinidad, para gloria y prez de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra:

Vean la pulcritud de eso que vamos a comentar de aquí a poco, la fórmula es linda.

Declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano.
[…]
A nadie, pues, le sea permitido quebrantar esta, página de nuestra declaración, manifestación, y definición, y oponerse a ella y hacer la guerra con osadía temeraria. Mas si alguien presumiese intentar hacerlo, sepa que incurrirá en la indignación de Dios y de los santos apóstoles Pedro y Pablo.

Noten la verdadera belleza de la afirmación magisterial de la Iglesia que, punto por punto, está considerada aquí. Aún es el periodo de los grandes documentos pontificios y de los grandes estilos de cancillería.

Analicemos ese texto.

Ayuno y oración para preparar el alma

Por lo cual, después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las públicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo,

Realmente el Papa es infalible, pero es obligado, bajo pena de pecado mortal, a estudiar profundamente el asunto antes de definir un dogma.

Es decir, aunque el Papa no estudiase, habiendo definido un dogma está definido y no se equivocaría. Pero él debe estudiar, de lo contrario comete pecado mortal.

Él necesita rogar a Dios que ese estudio sea bien hecho y cuente con las luces del Espíritu Santo. Y no sólo debe pedir, sino también buscar obtener eso por medio del ayuno, de la penitencia. Entonces, por ese motivo el Papa explica cómo preparó su alma para la definición del dogma: ayunó y rezó continuamente para obtener luces.

¿Cómo pidió esas luces? El Papa rezó e hizo rezar a la Iglesia entera al Padre Eterno, por medio de su Hijo, Jesucristo, porque el Mediador necesario que tenemos entre el Padre Eterno y nosotros es Nuestro Señor Jesucristo.

Aquí vemos mencionada la Santísima Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo interviniendo para orientar al Papa en el acierto de esa definición.

implorando el auxilio de toda corte celestial…

Beato Pío IX

Le pidió a todos los Ángeles y Santos del Cielo y, sobretodo, a Aquella que es la Regina Sanctorum Omnium y Regina Angelorum (1)

…e invocando con gemidos el Espíritu paráclito, e inspirándonoslo él mismo, para honra de la santa e individua Trinidad…

Es decir, inspirado por el Espíritu Santo para dar honra a Dios.

…para gloria y prez de la Virgen Madre de Dios…

Decoro quiere decir esplendor, una belleza refulgente de dignidad de la Virgen Madre de Dios.

…para exaltación de la Fe católica…

Exaltare quiere decir volver alta; para que la Fe católica brille a los ojos del mundo entero y se levante a los ojos de los hombres como un valor de primera grandeza.

…y aumento de la cristiana religión…

Para aumentar el número de los católicos.

Como los toques de una gran campana de bronce

Vean la solemnidad de esta afirmación:

…con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos…

Es decir, es un apelo a la autoridad de Dios, hecho de modo magnífico. La autoridad de Cristo, de San Pedro, primer Papa, de San Pablo, que ayudó a San Pedro en la evangelización del Imperio Romano, y la autoridad personal de él, que es el Pedro redivivo y el Cristo redivivo.

Con esa autoridad, ¿Qué hace? Declara, pronuncia y define. Eso suena como los toques de una gran campana de bronce: “declaramos, afirmamos y definimos”. ¿Definimos qué?

…la doctrina que sostiene que la santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, salvador del género humano…

Por una gracia singular Nuestra Señora no tuvo mancha de pecado original, en vista de los méritos de Cristo a partir del primer instante de su ser.

…que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, qué debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles…

Ella está fundamentada en la Biblia, en la Revelación, en la Tradición, por lo tanto debe ser creída.

Ahora viene el anatema. Después de la definición del dogma, el castigo para quien se levante contra él.

A nadie, pues, le sea permitido quebrantar esta, página de nuestra declaración, manifestación, y definición, y oponerse a ella y hacer la guerra con osadía temeraria…

Es decir, después de haber alzado el estandarte, él lo protege con sus maldiciones y con la energía de los medios de combate espirituales.

Mas si alguien presumiese intentar hacerlo, sepa que incurrirá en la indignación de Dios y de los santos apóstoles Pedro y Pablo.

O sea, es una verdadera maldición. Noten la majestad y la dignidad que eso tiene. Pues bien, es una majestad y una dignidad invisible, pero es una cosa verdaderamente estupenda, cuando se considera la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.

Alegría, gloria y resplandor en todo el universo

Dios expulsa a Adán y Eva del Paraíso – Catedral de Estrasburgo, Francia

Tomen en consideración que María Santísima fue preservada después de milenios en que sólo nacían hombres concebidos en el pecado original; pues hubo un hecho cuya consecuencia natural y normal era que todos los hombres naciesen con el pecado original. Y ese hecho era el pecado de Adán. Por lo tanto, todos los hombres cargan con la imperfección del pecado original.

Esa especie de disociación entre la inteligencia y la voluntad, de un lado, y los sentidos, de otro lado, por la cual a todo momento, los sentidos están en rebeldía contra la inteligencia y la voluntad, éstas capitulan y los hombres entonces quedan expuestos a caer en pecado, y de hecho pecan incontables veces.

Eso se vino repitiendo durante milenios, pero en determinado momento cesa la ley de la maldición; y los Ángeles asisten atónitos a un hecho completamente sin precedentes, y que después no hubo otro igual.

Dios rompe la ley de la maldición, expulsa la maldición y, por primera vez, crea una criatura enteramente concebida sin pecado original.

Esa criatura – que es Nuestra Señora – está completamente fuera de esa ley y resplandece, con todo el brillo, con todo el fuego de una criatura perfecta, que era como Adán y Eva fueron creados, sin ninguna especie de mancha de pecado original.

Hay en todo el universo una especie de alegría, de gloria y de resplandor especial, y que se vuelve aún más acentuado por el hecho de que la Santísima Virgen es creada sin pecado original, es la obra-prima de la Creación.
Más alta que Ella, sólo la humanidad santísima de Nuestro Señor Jesucristo. Pero Nuestro Señor Jesucristo ya no era mera criatura. En su humanidad es una criatura, pero en su Persona, que es una sola, Él no es una mera criatura.

Entonces, se comprende la convergencia de los dos hechos.

Aquella que aplastó bajo sus pies la cabeza del dragón

La Biblia nos cuenta que, después de haber hecho la obra de la Creación, Dios descansó encantado

Inmaculada Concepción
Catedral del Buen Pastor de San Sebastián, España

con lo que había realizado. Pero descansó con el proyecto de crear una criatura superior, más maravillosa que todo eso: una mujer que fuese Madre del Verbo de Dios Encarnado. Entonces, esa obra-prima de la Creación se hace en ese momento. Y los Ángeles, que comprenden toda la armonía de todo lo que Dios hizo, el reflejo de Él en esa armonía, contemplan por primera vez, extasiados, el alma de su Reina.

Para que tengan idea de lo que es eso, imaginen una soberana que entra por primera vez en la capital de su reino, en un carruaje de gala, precedida por lanceros, trompeteros, seguida de toda la corte, y la ciudad entera considera extasiada la belleza de la reina.

Eso es nada en comparación con la entrada de Nuestra Señora en la corte angélica. En el primer momento en que María Santísima existió, Ella tuvo conocimiento entero y lúcido de todo, y conoció a Dios. Y en el instante en que conoció al Creador, Ella hizo un acto de amor, que fue el más perfecto que se haya dado a Dios hasta entonces; de tal manera que nunca ningún Ángel hizo al Creador un acto de amor como Ella.
Ella adoró a Dios, le dio acción de gracias y le ofreció una reparación por los pecados de los hombres. Y ese cántico de Nuestra Señora, un cántico nuevo, la más alta oración que jamás el Cielo podría hacer, fue para los Ángeles la entrada de su Reina. Comprendemos, entonces, lo que fue para los Ángeles la fiesta de la Inmaculada Concepción.

Nosotros podemos unir nuestras voces a las de los Ángeles en el día de la Inmaculada Concepción. Según las revelaciones de Santa Gertrudis, Santa Matilde, Santa Brígida, cuando la Iglesia festeja un misterio en la Tierra, en el Cielo los Ángeles acompañan. Por lo tanto, en el día de la Inmaculada Concepción todos los Ángeles van a glorificar a Nuestra Señora.

Nosotros también podemos dar esa gloria a María Santísima, especialmente dentro de nuestro espíritu. ¿Por qué dentro de nuestro espíritu? La Inmaculada Concepción es Aquella que aplastó bajo sus pies la cabeza del dragón. Apareciendo, Nuestra Señora venció el dragón porque estaba concebida sin pecado original y, entonces, se preparaba para dar a luz al Mesías.

Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción es, bajo varios puntos de vista, Nuestra Señora de la Contra- Revolución, haciendo que el demonio quede aplastado, arrasado. Es en ese sentido que nosotros debemos celebrar más especialmente esta fiesta.

Plinio Correa de Oliveira (Extraído de conferencia de 7/12/1966)

 

(1) Del latín: Reina de todos los Santos, y Reina de los Ángeles.

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