En los niños las pantallas tienen un efecto negativo doble: el contenido que ven y, sobre todo, lo que dejan de hacer por ocupar tiempo en ellas. No juegan, no corren, no desarrollan su imaginación, ¡no interactúan!
Una señora sencilla y bonachona, pasando por una delicada situación económica, fue a buscar en internet una solución a su problema y terminó llevándose a casa un esotérico programa espiritual que le enseñó a exaltar el dinero y abandonar la religión.
Estamos rodeados de pantallas, “son como parte de nuestro propio cuerpo”, “es algo esencial de nuestras vidas”, afirman en entrevistas o encuestas. Es muy difundido, en […]