La Asunción de la Virgen a los Cielos en cuerpo y alma nos revela los frutos de la escucha fiel de la Palabra de Dios, que supo guardar en su corazón y poner en práctica.
¿Estamos en un mundo de ciegos? ¿Somos ciegos, debajo de cierto punto de vista? ¿Vivimos una ceguera espiritual? ¿Por qué no vemos, y hasta no oímos? ¿Cuáles son las causas y, más aún, los efectos? ¿Quién está detrás del querer que seamos ciegos?
Desde el primer instante en que Jesús fue concebido en el seno virginal de María, su Alma estaba en la visión beatífica y tenía, por tanto, la máxima gloria que un hombre podía alcanzar.
El deseo de la Iglesia ha sido, es y será siempre que los católicos comulguen a menudo y, siendo factible, diariamente, para inmunizar las almas, hasta […]
Así como vistió a su Hijo Jesús con una túnica de valor incalculable, María Santísima quiere cubrirnos a nosotros, sus hijos adoptivos, con la más eficaz […]