Acuerdo entre Cardenal Damasceno, Heraldos del Evangelio y colegios asociados en Colombia alienta a padres de alumnos
El Profesor Felipe Nery y su esposa agradecen al Cardenal y lamentan las fake news sobre el proyecto educativo de los Heraldos.
Mi esposa y yo somos padres de tres hijos que estudian en São Paulo [Brasil], en dos colegios, y se hospedan en las casas de los Heraldos del Evangelio, en un mismo proyecto educativo. En los últimos meses, nosotros y millares de otros padres y madres hemos pasado por momentos de aprensión.
Recientes declaraciones de Su Eminencia el Cardenal Raymundo Damasceno Assis, en su condición de Comisario Pontificio junto a los Heraldos, realizadas en una Audiencia de Conciliación en Bogotá, cuyo acuerdo tiene fuerza de sentencia firme y tránsito a cosa juzgada, en alguna medida nos devolvieron la paz de espíritu necesaria y fundamental para que podamos seguir apoyando a nuestros hijos en este camino educativo.
Desde el día 10 de agosto de 2021 se inició un período turbulento y angustioso para los padres de los menores cuya educación cristiana y humana confiamos a los Heraldos del Evangelio, y que para eso se hospedan en las casas de esta institución católica, cuya comunión eclesial es manifiesta en las centenas de diócesis y millares de parroquias en todo el mundo, donde desarrolla su labor evangelizadora. Pues bien, el Cardenal Damasceno había dado a conocer, mediante Decreto nº 29/2021, la decisión de Su Eminencia el Cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, que “todos los menores de edad admitidos a cualquier título en la Asociación Privada de Fieles Heraldos del Evangelio deberán volver a vivir con sus familias y ser confiados a los respectivos padres”.
Esa decisión pretende justificarse en supuestas denuncias de que la mayoría de las veces los hijos son excluidos de la vida de las familias, que los contactos con los padres no están suficientemente garantizados, y que la disciplina que se practica en la comunidad de los Heraldos del Evangelio sería excesivamente rígida.
Para prevenir posibles abusos de conciencia y plagio contra los menores, el Cardenal Braz de Aviz decide que los menores no podrán alojarse en las casas de los Heraldos.
Tales justificaciones generaron perplejidad, ya que nosotros, padres y / o responsables legales, no concordamos que en los ambientes de los Heraldos se practiquen “abusos de conciencia” o “disciplina excesivamente rígida”. Frecuentamos asiduamente los establecimientos de los colegios y las casas de los Heraldos, y somos testigos de que tales abusos nunca existieron; además, nuestros hijos no nos ocultarían estos problemas, si existiesen.
Todos los padres de los menores que se hospedan en las casas de los Heraldos entregaron al Cardenal Damasceno una petición en tres idiomas en la que registraban su inconformidad con la decisión tomada por el Cardenal Braz de Aviz y por el Comisario Pontificio, el cual declaró que desconocía las acusaciones y a los acusadores, y que apenas cumplió con la decisión del Cardenal Braz de Aviz.
La gravedad de las cuestiones planteadas llevó a que, en Colombia, los representantes legales de la Fundación Colegio Alcázar Campestre y de la Corporación Colegio Pilares del Castillo (colegios colombianos que actúan en asociación con los Heraldos en Colombia) presentasen al Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá, un pedido de audiencia con el Cardenal Damasceno y el representante de los Heraldos del Evangelio para llegar a un acuerdo satisfactorio.
Durante la referida audiencia, celebrada el pasado 29 de septiembre, el Cardenal Damasceno reveló que había sido informado por la Nunciatura Apostólica en Bogotá de que ella no había recibido denuncias, evidencias, indicios, comunicaciones, pruebas, investigaciones o decisiones judiciales que permitan suponer la ocurrencia de “disciplina excesivamente rígida” afectando la “relación indispensable con las familias”, “posibles abusos psicológicos”, o peligro de “plagio” o, en general, conducta alguna que permita poner en duda la labor llevada adelante por los Heraldos del Evangelio y por los colegios.
El Cardenal Damasceno también aclaró que el hecho de que los colegios cuenten con las autorizaciones legales otorgadas por las autoridades competentes les permite desarrollar de forma estable y continua sus trabajos de educación y alojamiento legalmente autorizados, para los cuales el DECRETO nº 29/2021 no se aplica ni impide el desarrollo del proyecto educativo arriba mencionado.
Numerosos conceptos de juristas de diversas naciones coinciden en que la autoridad eclesiástica no es competente para tomar decisiones sobre materias propias de la legislación civil y, en especial, las relativas al derecho natural que los padres tienen, de escoger la forma y el modo de educación de sus hijos.
Además, dichos conceptos están armonizados con las sentencias judiciales proferidas sobre este mismo asunto en Ecuador y Brasil, que determinan el cumplimiento de los contratos celebrados entre los padres y los Colegios y con la propia Asociación Heraldos del Evangelio.
Resta apenas una cuestión: ¿La decisión y el decreto, al no ser aplicables en Colombia, serían aplicables en los demás países? Y caso se pretenda aplicarlo, ¿por qué razón lo sería? ¿Habrá dos pesos y dos medidas, unos para Colombia y otros para los demás países?
Queremos agradecer al Cardenal Damasceno por la actitud valiente y coherente adoptada en Colombia y por haber disipado la confusión que noticias falsas (fake news) de fuente desconocida crearon en las oficinas de Su Eminencia el Card. Braz de Aviz…
Por Felipe Nery Martins, docente y educador, y Renata Gusson Agelune Martins, farmacéutica y bioquímica