Nuestra Señora del Buen Suceso de Quito – “Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso”

María: verdaderamente bienaventurada entre todas
enero 29, 2019
Los castillos, el Papa y María
febrero 7, 2019
María: verdaderamente bienaventurada entre todas
enero 29, 2019
Los castillos, el Papa y María
febrero 7, 2019
Nuestra Señora del Buen Suceso de Quito – “Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso”

 Además de la fiesta de la Presentación del Señor, el día 2 de febrero reúne varias conmemoraciones marianas. Una de ellas, muy poco conocida incluso en los medios católicos, invoca a María bajo el título de Nuestras Señora del Buen Suceso.

Bastante popular en Quito, Ecuador, esa devoción se desarrolló a partir de varios hechos sobrenaturales ocurridos en esa ciudad, a finales del siglo XVI, en una comunidad de religiosas concepcionistas. Los numerosos favores concedidos al pueblo por medio de esa advocación hacen que hasta hoy su imagen sea objeto de especial veneración.
Esto nos lleva a preguntar: ¿qué significa, propiamente, reverenciar a la Madre de Dios como Señora del Buen Suceso? Sin duda, que Ella trae, a todo y a todos, el Buen Suceso. Ahora bien, ¿qué viene a ser un “buen suceso”?
Se dice que un emprendimiento obtuvo “buen suceso” cuando todo lo que se había propuesto en un primer momento, como proyecto, fue felizmente realizado, incluso si durante su ejecución hubo dificultades y hasta amenazas de fracaso. De este modo, el capitán de un barco que transporta una valiosa carga obtendrá un buen suceso en su trabajo si —a pesar de enfrentar vientos y tempestades, perderse y casi naufragar— llega al puerto deseado con la carga intacta.

Nuestra Señora del Buen Suceso imagen perteneciente a los Heraldos del Evangelio, Caieiras, Sao Paulo, Brasil.


Se comprende, pues, que María Santísima sea verdaderamente el Buen Suceso, más que un título. De hecho, Ella puede ser así considerada como el feliz término de nuestro caminar en esta tierra: quien, tras haber concluido esta vida, se encuentre en sus brazos tendrá la certeza de que llegó a buen puerto.
Sin embargo, no contenta con ser la meta a alcanzar, o la señal clara de que la hemos alcanzado, Ella también es un medio —y medio importantísimo, fundamental, indispensable— para alcanzar el éxito.
En primer lugar, ese éxito se refiere a la realización de los propios designios divinos. “El que te creó sin ti, no te salvará sin ti”, enseña San Agustín. Ahora bien, si tal es la responsabilidad de cada uno, ¡cuánto más importante se presenta el papel de aquella a quien el Redentor escogió como Madre! En efecto, afirma San Luis María Grignion de Montfort que el Padre lo creó todo en Jesús, pero lo gobierna todo en María. Por lo tanto, la acción de Dios pasa por Ella, sus más altos planes se cumplen por medio de Ella y Ella es quien se encarga de llevarlos al buen suceso.
María es también la Virgen del Buen Suceso para cada hombre, cada mujer. Protegiéndonos, amparándonos y rezando al Señor por nosotros, Ella constituye la mayor garantía de nuestro propio buen suceso, es decir, de la salvación de nuestra alma, siempre que a Ella recurramos con confianza. Así, Nuestra Señora no sólo es un elemento de nuestro éxito; es la verdadera condición para éste. Entonces se comprende que esa imagen sea venerada bajo la advocación completa de Reina de las Victorias y Madre del Buen Suceso.

comparta:

2 Comments

  1. Norma Reyes dice:

    Impresionante la historia de estas apariciones de la Virgen del Buen Suceso en Quito. No se habla de ellas. Gracias por publicarlas./*

  2. Julio Alvarez dice:

    Muy lindo y emocionante el video sobre Nuestra Señora del Buen Suceso. Por cierto una historia poco conocida en los ambientes católicos, a pesar de tener detalles impactantes sus apariciones y mensajes./*

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Desea recibir mensajes de Fe?