”Padre Alberto Arcos Pérez, EP: “Debemos tener a la Santísima Virgen como centro y punto de referencia en nuestras vidas”

El domingo pasado, durante la solemne Eucaristía, celebrada en la iglesia de los Vascos (Montevideo), el Padre Alberto Arcos Pérez, EP dirigió algunas palabras a los asistentes que se consagrarían como esclavos de amor, a la Santísima Virgen.

En efecto, las personas que allí estuvieron, habían seguido de modo telemático el curso de Consagración a la Santísima Virgen, dirigido por el Padre Manuel Rodríguez Sancho, EP a decenas de miles de personas de todo el mundo. Este curso se basa en el libro “Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”, escrito por San Luis María Grignion de Montfort. En resumen, San Luis María dice en su obra que, el modo más seguro y más rápido para llegar a Nuestro Señor Jesucristo es hacerlo a través de su Madre, la Santísima Virgen.

Obviamente por tratarse de 160.000 personas, alrededor del mundo, que siguieron el curso, aquellos que pudieron consagrarse presencialmente fueron los menos, los demás lo hicieron a través de los diversos canales de los Heraldos del Evangelio en las redes sociales.

Transcribimos un resumen de las palabras del Padre Alberto Arcos Pérez, EP el domingo pasado, en la iglesia de los Vascos, en el centro de Montevideo:

No debemos juzgar a los demás poniéndonos nosotros como punto de referencia, como centro y en función de nuestros egoísmos, manías y caprichos. Sino que poniendo a Dios en el centro, a los Diez Mandamientos como puntos de referencia. Y de este modo juzgar la realidad de modo correcto, de acuerdo a los intereses de nuestra Fe, a los intereses de la Iglesia, a los Diez Mandamientos.

Y hoy, es muy importante para nosotros que nos consagraremos a la Virgen como esclavos de amor, el poner a la Santísima Virgen en el centro de nuestra vida. De pensar y obrar en cada circunstancia que nos toca vivir, según los designios de la Virgen. Es exactamente eso, el esclavo de María Santísima es quien entregó sus bienes exteriores e interiores. Esos bienes interiores son nuestra inteligencia, nuestras cualidades, nuestro temperamento, la voluntad. Todos estos bienes, entregados voluntariamente, a la Santísima Virgen.

Esa esclavitud voluntaria por amor, nos hace más íntimos con la Santísima Virgen, por lo tanto a partir de hoy debemos tener más confianza en Ella, de la que teníamos hasta aquí. Ella es como que una enfermera a la cual podemos recurrir todo el tiempo, ya sea por grandes o pequeños problemas. Esa unión cada vez más estrecha con la Virgen se va haciendo cada vez más estrecha y entrañable, que redunda en una unión de corazones y de mentalidades muy intensa. Lo cual tiene como corolario una unión más íntima y estrecha con el Sagrado Corazón de Jesús.

También como verdaderos esclavos de la Virgen, debemos transformarnos en verdaderos heraldos de la Fe, en difundir junto a nuestras familias, amigos, compañeros de trabajo, en la parroquia que frecuentamos, la devoción ardorosa a la Santa Madre de Dios.

La ceremonia concluyó con la solemne coronación de la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima. ◊