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Año XVII, nº 197, Diciembre 2019
Sumario
1.- Escriben los lectores
2.- Sumo Sacerdote, rechazado por los suyos… (Editorial)
3.- La voz de los Papas – El verdadero faro de la liberación del hombre
4.- Comentario al Evangelio – El don más excelso de todo el orden de la Creación
5.- El día a día de un heraldo sacerdote
6.- Testimonio de Mons. Benedito Beni dos Santos – Una riqueza para toda la Iglesias
7.- Sublimidad y pureza
8.- Madre María Teresa de la Santísima Trinidad – Vivió solamente para amarlos
9.- La lucha, manifestación del afecto divino
10.- Heraldos en el mundo
11.- Sucedió en la Iglesia y en el mundo
12.- “Ella te aplastará la cabeza”
13.- Historia para niños… Junto al pozo de Jacob
14.- Los santos de cada día
15.- Un pan hecho en honor del Niño Jesús
Voz de los Papas
El verdadero faro de la liberación del hombre
Si Dios no existe o no es accesible al hombre, sólo queda como suprema instancia el consenso de la mayoría. Y este consenso —lo sabemos por la Historia del siglo pasado— puede ser también un “consenso en el mal”
Comentario al Evangelio – Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María
El don más excelso de todo el orden de la creación
En María, Dios quiso unir la insuperable dignidad de
la maternidad divina con el mayor don de la gracia,
el cual restauró la belleza del universo creado e
inició la historia de nuestra Redención
El día a día de un Heraldo Sacerdote
¿Cómo ocupa su tiempo un sacerdote de los Heraldos del
Evangelio? ¿A qué actividades se dedica? Conozcamos
cómo es el día a día de estos ministros de Cristo
Una riqueza para toda la Iglesia
Son al mismo tiempo misioneros y contemplativos.
Llevan una vida fraterna en comunidad, pero actúan en diversas partes de Brasil, realizando misiones
que tienen a Nuestra Señora como centro.
Los Heraldos del Evangelio son un don para la Iglesia.
Historia para niños… o para adultos llenos de fé
Junto al pozo de Jacob
Mientras vigilaba el rebaño que pastaba tranquilo, la joven
samaritana ¡avistó a los dos viajeros del sueño! Se dio cuenta de que eran judíos, pero una fuerza muy grande la impulsaba a dejar a un lado las tradiciones y ayudarlos…
En la noche de Navidad el Niño Jesús poseía el pleno uso de su inteligencia. Y ya en su pobre cuna, sufría al prever la incredulidad y la impiedad extendiéndose por tantos lugares de la tierra. Pero, por otra parte, también contempló todas las almas celosas de la gloria y del servicio de Dios, viviendo y luchando por el triunfo de la virtud, sufriendo con los pecados y las ofensas que los hombres cometen contra Él, reparándolos con penitencias y espíritu de accesis.
De este modo, la mente y el corazón sagrados del divino recién nacido se dirigían hacia los católicos fervorosos mientras imploraba al Padre eterno las fuerzas necesarias para que perseveraran en el buen combate por el bien.
Acerquémonos entonces al Pesebre y pidámosle a Jesús, por medio de la Santísima Virgen, de San José, de los ángeles, de los pastores y de los Reyes Magos, que acepte nuestro deseo de ser conforme a sus divinos designios.
Ofrezcámosle nuestro anhelo de unirnos a las cogitaciones, meditaciones y consideraciones proféticas que Él hizo en el pesebre, a fin de que vivamos la Navidad al unísono con Él.
Imploremos una entera unión de alma con el divino Infante, de manera que todo lo que existe en su corazón esté en el nuestro, todo lo que palpite en el Inmaculado Corazón de María lata también en el nuestro, y que la Navidad celebrada por nosotros refleje exactamente el sentido de todo cuanto Jesús y María experimentaron en aquella noche mil veces
bendita en las montañas de Belén.
( Plinio Corrêa de Oliveira )
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