Discípulo del Dr. Plinio, Mons. João conoció también muy de cerca a su virtuosa madre, Dña. Lucilia, con quien tuvo una breve pero sublime relación, que lo marcó indeleblemente.
La fama de santidad es una misteriosa acción del Espíritu Santo, por la cual un fiel recibe la moción interior de rezar por intermedio de otro bautizado. Una vez obtenido de la Providencia el favor deseado, comparte su gozo comunicando a los demás el insospechado poder de intercesión de tal o cual persona, viva o difunta.
Doña Lucilia, que murió en olor de santidad, a los 92 años, el 21 de abril de 1968, asumió los valores incontrovertibles del cristianismo. ¡Nunca titubeó! […]